Uno de los primeros pasos de la integración del Social Media Marketing en la comunicación offline corporativa ha sido el claim “Síguenos en…” acompañado a veces por logos no clicables de las diferentes plataformas sociales, teniendo preferencia la de Facebook.
Este mensaje puede tener varias lecturas: estoy “in” (soy una marca vanguardista que decide hablar el nuevo lenguaje de comunicación), “estoy aquí” (Querido Fan, ahora estoy más cerca de tí), “estoy porque tengo que estar” (mi competencia empieza a incluirlo y yo no voy a ser menos)… un cúmulo de mensajes leves, recurrentes, que corren el riesgo de caer en la indiferencia del que recibe el mensaje.
Afortunadamente, ya hay una gran cantidad de empresas en Social Media: la novedad ya se ha perdido, por lo que es necesario dar un paso más allá. Y es aquí cuando entra en juego el famoso ¿Por qué? ¿Por qué si me gusta tu marca tengo que tratarte como a un amigo? La diferenciación respecto al otro, la exclusividad de mis valores, son cruciales: qué te ofrezco yo para que tú me sigas.
Y así es como pasamos de un modelo lanzadera (“vete a…”) para dirigirnos a una centrifugadora de contenido: defino mi estrategia social, genero contenido único y lo traslado a mi comunicación off para atraer al resto.
Varias empresas ya han dado el salto. Las etiquetas de las botellas de Font Vella trasladan mensajes de su “Movimiento Font Vella” en Facebook, Coca Cola elabora su claim social #razonesparacreer y se nutre de información colateral a la marca e incluso algunos pequeños comercios te dan argumentos del ¿Por qué? en su escaparate. Como decía Kundera, “Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento“.
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